NOS VAMOS DE CONGRESO: CONSUMAMOS MÁS POLIFENOLES EN NUESTRA VIDA DIARIA 2/2

Somos lo que comemos, creo que ya os lo dije una vez, pero en este caso intentaré justificarlo de una forma un tanto particular.

Algunos de los alimentos que ingerimos en la dieta presentan en su composición un tipo de compuestos químicos que conocemos con el nombre de polifenoles, llamados así por presentar más de un grupo fenol en su molécula, de elevada capacidad antioxidante.

Té verde, cacao, arándanos o granadas favorecen el crecimiento de lactobacillus y bifidobacterias gracias a la metabolización de los compuestos anteriormente citados por un grupo de bacterias pertenecientes en su mayoría a la familia de las coriobacteriaceas.

Por poner un ejemplo citar a la Akkermansia muciniphila  que al metabolizar a los polifenoles de la granada, favorece la biodisponibilidad de los mismos y al enriquecer la microbiota de la flora intestinal pueden constatarse sus efectos antiinflamatorios  y  ser una de las opciones para el tratamiento de enfermedades metabólicas tales como la diabetes tipo dos o la obesidad.

Cada uno de nosotros nacemos con una composición microbiana intestinal concreta que depende de muchos factores. Uno de los más curiosos es el del grupo sanguíneo; según  al que pertenezcamos tendremos una u otra flora tanto en proporciones como a diversidad de especies que la colonizan.

Más allá de este supuesto que nos viene adquirido podemos cuidarla tomando alimentos adecuados o consumiendo preparados comercializados que la mejorarán  en calidad, cantidad y composición.

Atendiendo a todo ello, al elegir que debemos comer podemos entonces aplicar la regla de las tres pes,  y no se refiere a pasta, pollo y patatas o paciencia, prudencia y perseverancia sino que a prebióticos, probióticos y polifenoles.

Por tanto nuestra comida y estilo de vida condicionará la flora de nuestro intestino y en definitiva supondrá una mejora o no en nuestro sistema inmunitario, nuestra principal defensa en este mundo frente a ataques tanto externos como internos.

A los yoguristas. Animando a los que no lo son  a que se conviertan.

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