LA INCERTIDUMBRE DEL ELECTRON

Werner Heisemberg, físico Alemán, enunció su principio en el año 1925 en el que establece que cuanta mayor certeza se busca en determinar la posición de una partícula menos se conoce su cantidad de movimientos lineales y, por tanto, su masa y velocidad. Es decir la imposibilidad que determinados pares de magnitudes físicas observables sean conocidas con precisión.

Pocas veces reconocemos algo que no es tangible. Siempre se cumple el dicho que reza “si no lo veo, no lo creo”.

A veces debemos desaprender en parte para dejar paso a algo nuevo. Este es un proceso difícil y complicado puesto que el cambio de hábitos y costumbres ya arraigadas no siempre es posible. Pero si empezamos  a ver las cosas desde otro enfoque  seguro que nos sorprenderán.

Con la homeopatía sucede algo así. Se mueve en torno a diluciones infinitesimales de un producto que deja de ser cuantificable químicamente y se acerca más a un proceso que mejor se describe con leyes de física cuántica.

Pero no por ello deja de ser un recurso efectivo en el tratamiento de algunas dolencias, bien sea como principal o como coadyuvante de la medicina convencional.

A Silvia, quien me enseñó a apreciar el mundo de las ondas y las partículas.

Formulando nueva dosis informativa.