Ya lo dice Rosana en una de sus canciones, “nadie quiere morir ni siquiera quien quiere ir al cielo” y es que nos aferramos a la vida, sea como sea, con uñas y dientes.

Desde la farmacia intentamos siempre estar al día para poder ofrecer el mejor de los servicios, por ello estamos inmersos en un curso formativo que nos da estrategias y recursos para empatizar y ayudar a los pacientes que se encuentran en situaciones difíciles puesto que sufren enfermedades largas y complicadas. Ellos y sus familias necesitan un soporte extra para encajar la noticia, acompañar al enfermo y ayudar en todos los casos que sea posible. Sirva este post para esbozar unas pinceladas de lo que llevamos aprendido.

Damocles, personaje de leyenda griego, sintió el miedo constante al percatarse de que sobre el trono que estaba sentado tenía una espada apuntando hacía su cabeza.

Esa sensación es la que presentamos todos  tras salir de un periodo difícil bien sea  por enfermedad física, psicológica o situaciones difíciles de gestionar. Retomamos nuestra vida con precaución y miedo al haberle  visto tan de cerca las orejas al lobo.

Ante tal tormenta emocional lo primordial es procurar un soporte adecuado. Deberemos escuchar no sólo con nuestros oídos sino con ojos, mente y corazón. La comunicación puede ser dolorosa, pero la incomunicación puede serlo mucho más, seamos entonces próximos y asertivos con quien nos necesite: Intentemos siempre entender al otro.

A todo mi equipo personal y profesional.

Formulando nueva dosis informativa