LA BOLA DEL PREMIO

Jugamos todos los días. Sin conocer la partida a la que deberemos enfrentarnos utilizamos todas nuestras capacidades para sortear, zigzagueando en el tiempo, cualquier obstáculo.

En estos momentos festivos se nos brinda la posibilidad de conseguir una bola extra, ayudas que nunca vienen mal,  y aunque las posibilidades de conseguirla sean más bien escasas, siempre confiamos en la suerte.

Sin esperarlo, encontré la mía. El valor de las cosas se ensalza al compartirlas.

Formulando nueva dosis informativa