La farmacia, ese lugar especial de difícil definición donde ofrecemos múltiples soluciones a cualquier eventualidad que pueda surgir. Nuestras maneras de empatizar con el cliente son fundamentales e intentamos cuidarlas puesto que nunca sabes quién aparecerá o que problema deberemos resolver. Sanitarios de primera línea somos los más accesibles y normalmente a los primeros que consultan por ello debemos estar a la altura en todo momento.

Los ojos, la mirada, los gestos, las actitudes; movimientos varios que pertenecen a lo que llamamos comunicación no verbal. Un pozo de sabiduría para quien sabe descifrarlo de forma adecuada.

Los mecanismos que se activan de manera inconsciente son aquellos que nos proporcionan una mayor información. Nos salen sin pensar y pertenecen a nuestros instintos más básicos.

Son las acciones involuntarias, no premeditadas, las que realmente describen de manera más fiable un estado, sensación o situación concreta. Más que las palabras los hechos nos marcan el camino a seguir.

Observar sin ser visto, sorprender de forma casual  o preguntar algo inesperado a nuestro interlocutor son algunos de los recursos que tenemos para poder observar este efecto.

Es importante contar con el factor sorpresa; la atención y el servicio frente a una situación concreta dependen de ello.

La vida no es un simulacro intentemos dar lo mejor de nosotros mismos todos los días.

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Formulando nueva dosis informativa